jueves, 19 de marzo de 2009

El culto del placer..las pequeñas vanidades

Apoyado descuidadamente en un codo, bebiendo el arak
ordinario y sonriéndole, yo aspiraba el cálido perfume estival
de su ropa y su piel, perfume que se llamaba, no sé por qué, Jamais
de la vie. Esos momentos son los que colman al escritor, no al enamorado,
y perduran para siempre.
Podemos evocarlos cuantas veces queramos o utililizarlos como
fundamento para construir esa parte de la vida que es la tarea de escribir.
Se los puede corromper con palabras, pero no destruir. (...)
Viéndola no podía dejar de pensar en esa raza de reinas terribles
que dejan tras de sí el olor amoniacal de sus amores incestuosos
como un nube flotando sobre el subconsciente de Alejandría.
(Justine, Lawrence Durrell)


2 comentarios:

  1. me permito pegar una joya, me lo sé de memoria porque me ayuda a pasar los días. Miguel labordeta dixit

    Escucha joven poeta inadvertido
    escribe para todos
    es decir para nadie

    no lo olvides
    del pueblo vienes
    y el pueblo es tu raíz

    en consecuencia
    no hagas caso del pueblo

    vuelve sagrado cuanto toques
    natural
    cuanto toques sagrado
    vuélvelo natural

    es decir
    haz lo que te dé la gana
    quema estas advertencias por favor

    es mi consejo póstumo.

    Regalo de Olivier

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La Fée aux Miettes

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Zaragoza, España
Adoro a Colette, L.Durrell, Baudelaire, R.Queneau, Boris Vian, Joyce Mansour. Los escritores y diseñadores japoneses. El cine de J.L.Godard y de Wong Kar Wai. Le Quartier Le Marais à Paris. Anna Karina. Las fotos de Mª Angeles Cuartero. Angel Schelesser y más...