lunes, 31 de octubre de 2011

Lectura y sobremesa..

Perdiendo la vida yo no habría perdido gran cosa; ya sólo habría perdido una forma vacía, el marco vacío de una obra maestra. Indiferente a lo que en lo sucesivo pudiera introducir en ella, pero feliz y orgulloso de pensar en lo que había contenido, me apoyaba en el recuerdo de aquellas horas tan dulces, y este apoyo moral me daba un bienestar que ni siquiera la proximidad de la muerte hubiera roto. (...)
Todo esto que para mí era sólo recuerdo fue para ella acción, acción precipitada, como la de una tragedia, hacia una muerte. Pues lo seres tienen un desarrollo en nosotros, pero otro fuera de nosotros (bien lo notaba yo aquellas noches en que veía en Albertina un enriquecimiento de cualidades que no estaba más que en mi memoria), y no dejan de reaccionar uno sobre otro. Fue en vano que tratara de conocer a Albertina, de poseerla, después, toda entera, obedeciendo sólo a la necesidad de reducir por la experiencia a elementos mezquinamente semejantes a los de nuestro yo el misterio de todo ser, de todo país que nuestra imaginación veía diferente, y de empujar cada uno de nuestros goces a su propia destrucción.
(La fugitiva, Marcel Proust)

sábado, 29 de octubre de 2011

El transcurrir amable de los días...

El universo cotidiano de la fotógrafa Annette Pehrsson me tiene totalmente cautivada. Hace de los objetos cotidianos algo maravilloso, llenos de calidez y encanto. Me llega su simplicidad, su luz, mostrando el transcurrir amable de los días. Un existencialismo artístico que hace del paso del tiempo una obra de arte.

Otro artista que hace de la cotidianidad y de los pequeños gestos diarios algo estupendo, es Philippe Delerm..:

Un oporto no se bebe, se paladea. Y eso no sólo por su atercipelado espesor, sino también por su fingida frugalidad. Mientras los demás se solazan con el triunfal helado amargor del whisky y el Martini con ginebra, nosotros nos inclinamos por la tibieza de la Francia ancestral, el afrutado de huerto de cura, el dulzor caduco-lo justo para teñir de rosa las mejillas de una jovencita.
Las tres oes de oporto se deslizan voluptuosas en el fondo de la botella negra. El oporto rueda al fondo de un golfo oscuro, con altivo porte de geltilhombre. Nobleza clerical, austera con dorados galones. Pero en la copa tan sólo queda la idea de lo negro. Más granate que rubí, es una suave lava donde flotan episodios navajeros, soles de venganza y amenzas de un convento bajo el filo del puñal. (...)
A cada trago, dejamos que el oporto ascienda hacia una cálida fuente. Es un placer a la inversa, que alcanza su plenitud a destiempo, cuando la sobriedad se torna solapada. A cada lengüetazo en rojo y negro, sube más fuerza el grávido terciopelo. Cada sorbo es una mentira.
(El primer trago de cerveza, P. Delerm)

jueves, 27 de octubre de 2011

Lo absurdo..

Aquí os dejo con una pequeña heroína, la adorable Zazie de Queneau y más tarde de Louis Malle, con unas líneas de Chantal Maillard, para que os hagan pensar....

Anotación a Camus y a Beckett: podría pensarse que donde hay absurdo no es posible la tragedia. Para que haya tragedia hace falta que haya sentido, coherencia, argumento. La posmodernidad ha pasado por el absurdo existencial. Lo trágico romántico se ha vuelto imposible. Ya sólo es posible la tragicomedia: la asunción de la ironía después de la conciencia del absurdo.
(Filosofía en los días críticos, Chantal Maillard)

martes, 25 de octubre de 2011

Optimista o pesimista?

La esperanza de volver a verla (reflexionó Bruno con melancólica ironía). Y también se dijo: ¿no serán todas las esperanzas de los hombres tan grotescas como éstas? Ya que, dada la índole del mundo, tenemos esperanzas en acontecimientos que, de producirse, sólo nos proporcionarían fustración y amargura; motivo por el cual los pesimistas se reclutan entre los ex esperanzados, puesto que para tener una visión negra del mundo hay que haber creído antes en él y en sus posibilidades. Y todavía resulta más curioso y paradojal que los pesimistas, una vez que resultaron desilusionados, no son constantes y sistemáticamente desesperanzados, sino que, en cierto modo, parecen dispuestos a renovar su esperanza a cada instante, aunque lo disimulen debajo de su negra envoltura de amargados universales, en virtud de una suerte de pudor metafísico; como si el pesimismo, para mantenerse fuerte y siempre vigoroso, necesitase de vez en cuando un nuevo impulso producido por una nueva y brutal desilusión.
(Sobre héroes y tumbas, Ernesto Sabato)

sábado, 22 de octubre de 2011

Un beau soir d'automne...

Será que el otoño me trae una nostalgia amable o simplemente son las descripciones inconfundibles de Baudelaire, sea lo que sea, el otoño por fin ha arrancado, se pasea entre nosotros dejando bellos colores. Que lo disfrutéis!!

¡Qué penetrantes son los atardeceres de otoño!¡ Ay!¡Penetrantes hasta el dolor ! Pues hay en él ciertas emociones agradables, no por ambiguas menos intensas; y no hay punta más acerada que la de lo infinito.
¡Gran placer el de ahogar mi mirada en lo inmenso del cielo y del mar! ¡Soledad, silencio, castidad incomparable de lo azul! Una vela pequeña, temblorosa en el horizonte, imitadora en su pequeñez y aislamiento, de mi existencia irremediable, melodía monótona de la marejada, todo eso que piensa por mí, o yo por ello-ya que en la grandeza de la divagación el yo presto se pierde-piensa, digo, pero musical y pintorescamente, sin sutilezas, ni silogismos, ni deducciones.
(El yo culpable del artista, Baudelaire)

jueves, 20 de octubre de 2011

Lo posible y lo imposible..

Sólo lo imposible me enamora. Residuo, seguramente, de la vieja inclinación platónica que mantiene a distancia lo más preciado dando a entender, de paso, la indignidad de quien anhela. Le declaro la guerra a lo imposible. (...)
Lo posible, no vale la pena intentarlo. Eso dije entre lágrimas, las que me enturbiaban la visión de lo imposible. Lo posible, si es posible, decía, ya está hecho. Basta que algo sea posible para que sea. Me cansa el proceso, me cansa el resultado. Lo posible le pertenece al pasado antes de haberse realizado. No vale la pena intentarlo. Dirijo mi energía hacia lo imposible, es la meta que tensa mi atención y mis fuerzas, lo que me descubre en vías, siempre, de ser más que yo.
(Filosofía en los días críticos, Chantal Maillard)

domingo, 16 de octubre de 2011

Mise à hommage...

Me encanta este monumento, me transmite una gran sensación de libertad..Y para homenajear a un momento que constituye un homenaje al Tour de Francia, Ernest ha decidido escribir un pequeño texto:

"Es un homenaje a los caídos", dijo una señora mirando a lo lejos. "Qué va a ser eso, mujer. ¿No ves que no se caen?, replico su marido, entre pato y plato en el área de servicio.
"¿Por qué lo habrán hecho tan alto? Yo creo que es para que los autocares sepan dónde hay que parar...", insistió la señora. "Que no enteras mujer, que es así porque quiere representar los Pirineos", apostilló el señor mientras hacían cola para llevarse unas colas frías para el camino.
"Mira, se les debió acabar el presupuesto, porque sólo han pintado una parte de amarillo", comentó la señora mientras buscaba el mejor ángulo para la foto. "Que no mujer, que no es eso. Es por que es el líder de la carrera, ¿es que no te das cuenta?", corrigió el marido todavía con la comida en la boca.
Y entre tanta foto de tanto turista satisfecho, allí arriba, los esforzados ciclistas de metal sólo se hacían siempre la misma pregunta: ¿por qué habrá colocado esta vez la organización tan lejos el avituallamiento?

miércoles, 12 de octubre de 2011

Historias del espejo..

La radio y el espejo..., la radio y el espejo...Era la obsesión de la mujer, como si toda la vida humana se pudiera expresarse con sólo esas dos cosas. Desde luego, las radios y los espejos tienen algo en común: ambos pueden comunicar a una persona con otra; puede ser que reflejen deseos y aspiraciones, que tocan zonas medulares de nuestra existencia. Bueno, bueno, en cuanto llegue a casa te compraré una radio y te la mandará de inmediato. Usaré todo mi dinero para conseguir la mejor radios de transistores que se pueda comprar.
Pero el problema está en le espejo, es allí donde no puedo comprometerme fácilmente. Un espejo aquí es un artículo que se echa a perder con facilidad, ya que el mercurio del reverso se habrá descascarado en seis meses y al año, la superficie estará empañada por el roce continuo de la arena que flota en el aire...Así es el espejo que tiene ahora; si uno se mira en él con un ojo cerrado, no se puede ver la nariz...y si se ve la nariz, lo que no se ve es la boca. En fin, no me importa tanto la duración del objeto, el asunto es que un espejo no es lo mismo que una radio. Para que fuese un medio de comunicación, primero necesitaría de la presencia de alguien que viera a ese que se está viendo. ¿ De qué le serviría un espejo a alguien que no puede ser visto por otro?
(La mujer de la arena, Kobo Abe)

sábado, 8 de octubre de 2011

Algunos robos..

Por ejemplo, en la calle de Belleville en París , de nuevo cerca de mi casa, hay una tienda de ropa femenina bastante modesta, ni muy elegante, en cuyo escaparate colgaron un cartelito sobre el que está escrito: "También vestimos a las mujeres redondas". Como ves, no es más que un detalle ínfimo y trivial, pero este enunciado me maravilla por su curiosidad mezcla de extrañeza y banalidad, de brusca sinceridad y torpe cortesía, de cierta ternura y de otras cosas más que se escapan. Me gustaría mucho haber escrito esta frase irrisoria y ni siquiera estoy seguro exactamente por qué. Ya que no la escribí, voy a robarla, por supuesto, pero hace años que espero encontrar el marco de ficción en el que jugará, en el mejor de los casos, discretamente, su minúsculo papel. Por el momento todavía no la he encontrado. No pierdo la esperanza de que sea en mi próximo libro, si es que consigo escribirlo. Mientras tanto, Enrique, si esta frase te gusta tanto como a mí, te la ofrezco con mucho gusto.
( Enrique Vila-matas y Juan Echenoz, Sobre la impostura, una conversación)

martes, 4 de octubre de 2011

París, Argentina y el Pont des Arts..

Sé que llegué un día a París, sé que estuve un tiempo viviendo de prestado, haciendo lo que otros hacen y viendo lo que otros ven. Sé que salías de un café de la rue Cherche-Midi y que nos hablamos. Esa tarde todo anduvo mal, porque mis costumbres argentinas me prohibían cruzar continuamente de una vereda a otra para mirar las cosas más insignificantes de las vitrinas apenas iluminadas de unas calles que ya no recuerdo. Entonces te seguía de mala gana, encontrándote petulante y malcriada, hasta te cansaste de no estar cansada y nos metimos en el café del Boul Mich y de golpe, entre dos medialunas, me contaste un gran pedazo de tu vida. (...).
Y mira que apenas nos conocíamos y ya la vida urdía lo necesario para desencontrarnos minuciosamente. Como no sabías disimular me di cuenta en seguida de que para verte como yo quería era necesario empezar por cerrar los ojos, y entonces primero cosas como estrellas amarillas (moviéndose en una jalea de terciopelo), luego saltos rojos del humor y de las horas, ingreso paulatino en un mundo-Maga que era la torpeza y la confusión pero también helechos con la firma de la araña Klee, el circo Miró, los espejos de ceniza de Vieria da Silva, un mundo donde te movías como un caballo de ajedrez que se moviera como una torre que se moviera como un alfil.
(Rayuela, Julio Cortázar)

lunes, 3 de octubre de 2011

Para seguir celebrando el otoño...

Aquellas últimas semanas, las del final del verano y el comienzo del otoño, aparecen borrosas en mi memoria, quizá debido a que nuestra comprensión mutua llegó a esos maravillosos extremos en los que llegas a comunicarte más a menudo por medio del silencio que con palabras: cierta afectuosa calma reemplaza las tensiones, el parloteo nervioso y la persecución mutua que suelen producir los momentos más espectaculares, más superficialmente aparentes de una amistad. Con frecuencia, cuando él no estaba en New York (acabé sintiendo hostilidad contra él, y raras veces mencionaba su nombre), nos pasabamos juntos veladas enteras durante las cuales apenas si decíamos entre los dos más de cien palabras; en una ocasión bajamos a Chinatown, tomamos una cena a base de chow-mein, compramos farolillos de papel y robamos una caja de incienso, y luego cruzamos el Puente de Brooklyn, y desde el puente veíamos a los buques que salían hacia alta mar deslizarse por entre acantilados de incendiados rascacielos. (...)
De modo que los días, esos últimos, revolotean en mi memoria neblinosa, otoñales, tan iguales los unos a los otros como hojas: hasta que llegó un día completamente distinto de todos lo que he vivido.
(Desayuno con diamantes, Truman Capote)

sábado, 1 de octubre de 2011

Eternidad...

Os dejo con un fragmento de un libro que me gustó mucho en su momento. Tiene unos momentos geniales, llenos de ternura y pensamiento, todo dentro del desenfado con el que está escrita la obra. Aquí os dejo una reflexión maravillosa sobre lo efímero y lo eterno.

A las nueve de la noche pues, pongo en el vídeo una cinta de Ozu, Las hermanas Munakata. Es la décima película de Ozu que veo en un mes. ¿ Por qué? Porque Ozu es un genio que me salva de los destinos biológicos. (....)
La película trata de mal de amores, de matrimonios arreglados, de la familia, de hermandad, de la muerte del padre, del antiguo el nuevo Japón y también del alcohol y la violencia de los hombres.
Pero sobre todo trata de algo que se nos escapa, a nosotros occidentales, y sobre lo que sólo la cultura japonesa arroja algo de luz. ¿Por qué esas dos escenas breves y sin explicación, que nada en la intriga motiva, suscitan una emoción tan poderosa y sostienen la película entera entre sus inefables paréntesis?
Y he aquí la clave de la película.
SETSUKO: La verdadera novedad es lo que no envejece, pese al tiempo.
La camelia sobre el musgo del templo, el violeta de los montes de Kyoto, una taza de porcelana azul, esta eclosión de la belleza en el corazón mismo de las pasiones efímeras, ¿no es acaso a lo que todos aspiramos? ¿ Y lo que nosotros, civilizaciones occidentales, no sabemos alcanzar?
La contemplación de la eternidad en el movimiento mismo de la vida.
(La elegancia del Erizo, Muriel Barbery)

La Fée aux Miettes

Mi foto
Zaragoza, España
Adoro a Colette, L.Durrell, Baudelaire, R.Queneau, Boris Vian, Joyce Mansour. Los escritores y diseñadores japoneses. El cine de J.L.Godard y de Wong Kar Wai. Le Quartier Le Marais à Paris. Anna Karina. Las fotos de Mª Angeles Cuartero. Angel Schelesser y más...