Bajo una diadema de humo espero lo mejor del día. Una palabra oblicua, un sonido que conozca de vista. Bulevares obstinados en esconder tu presencia, y yo, desaparecida en plazas desnudas. Hace frío en mis hombros, revolotea una voluta dormida, una imagen sin cáscara ni asombro. Recorro el día en su ajustada estructura, y se estremece la tarde desgarrada esperando la huella de tus palabras..
Querida amiga,
ResponderEliminarY después de esos dos puntos, probablemente, se haría presente el poema siguiente; llegaría como eso, como una presencia en plena tarde, llegaría con el abrigo de las palabras a expulsar el frío de tus hombros. Toda esa presencia se ajustaría perfectamente a las formas de tu espera.
Abrazos
Qué bello amigo, cómo se puede escribir tan bien, tan bonito! Deberíamos hacer algo a medias..
ResponderEliminarGenial tus palabras. Gracias por tan grato obsequio.
Un abrazo
Querida amiga, me agrada tu propuesta de hacer algo a medias. ¿Qué podríamos hacer? Si te parece, podríamos continuar este diálogo por email.
EliminarEspero tener noticias tuyas.
Un abrazo
Es raro, como que te conociera en reversa. Acabo de llegar a este rincón y te voy recorriendo al pasado. Créeme que aunque La femme à la cigarrette sea distinta de la Venus entusiasta, el sonido de tus palabras adhosado a la imagen de ellas demuestran que el frio de tus hombros pueden significar el calor de mis emociones.
ResponderEliminarQue bella forma de presentar a la mujer libre.
Cariños.