
.........
Y cuando todo esto me ha zumbado bien en los oídos, cuando la naúsea se apodera de mí, me encierro en la soledad y la encuentro tan negra y tan profunda que ya no me atrevo a ir ni a un lado ni a otro.
........
Todas las fibras de mi cuerpo querrían separarse de él para ir hasta ella y atraparla; todas las nobles simpatías, todas las armonías del mundo nos empujaron el uno contra el otro, y entre nosotros hay un abismo eterno.
(Los amantes de Venecia, George Sans)