No puedo resistirme al título de este poema:
Mentira de una noche bella como una mujer.
Todos hemos envejecido junto a su lecho de sangre. Bella y aún más bella a la par de la llama, no sabría engalanar más rústicas veladas.
En el fruto que madura te he encerrado entera, es mi vida con las bestias voraces de la risa y la muerta se hizo voz en el eco del espejo, donde se graba el alfabeto de vuestros ojos...
Nueva y aún más bella la hierba dulce de la sonrisa, en la elevada frente de brazos tendidos hacia tu cenit. No fue más que un grito límite de aire y la onda deshecha en alegría.
Cuánto demora un tiempo cargado de perdones, se ha hundido en el puerto que ya no abordaremos. El sol me ha olvidado afuera
de vino claro.
(Mentira de una noche bella como una mujer, Tristan Tzara)