Un solo cuerpo para instruirnos en el placer. Un solo cuerpo para la presencia y la ausencia, para recortar en el tiempo la forma accidentada de los pensamientos, Un solo cuerpo para encontrar las palabras necesarias, para obligarnos a repetir. El mismo para comparar. Cuerpo de memoria para inventar y progresar hacia el silencio.
El sentimiento de vivir en el límite del porvenir, desestabilizada en mi propia legitimidad en medio de los artificios. Tocar el mundo redundante por imágenes superpuestas. Cada uno va por su su camino, con los bolsillos llenos de vibraciones, de viejas penas y de fotocopias, a enseñar el universo de pequeña pantalla. Lejos, siempre estamos lejos. Miro el río, la cultura del neón que lo rodea como una autopista. La civilizacion al gran borde de la civilización. A veces tomamos extraños desvíos para ocultar nuestras lágrimas.
(Barroco al alba, Nicole Brossard)
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