Soné que me perdía por callejones, túneles y plazas. Soñé que me casaba. Mi novio, de frac, el plastrón de la camisa muy blanco y tieso. Descabezado, alto, proporcionado, fino.
Me abrazó, tendremos hijos, Nora, dijo.
No puedo contesté, mis genes son de perro.
Sigo recorriendo sin descanso las plazas, los callejones, los caminos.Orino en las paredes y sobre las flores rojas.
Anoche tuve un sueño: enferma de cáncer, tenía que someterme a sesiones de quimioterapia en una especie de museo; me habían asignado la tarea de observar atentamente una pintura y redactar un ensayo sobre ella; la situación me angustiaba enormemente:además del tratamiento, en sí mismo infernal, me veía forzada a escribir sobre cosas abominables. Para deshacerme de la obligación, recorría oficinas buscando a quien-por lo menos- me permitiese elegir por mi cuenta un cuadro: todas las oficinas, sin excepción, estaban vacías. Una llevaba el nombre de mi psicoanalista.
(Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador, Nora Glantz)
Bello y raro raro, perros y descabezados, amores imposibles, museos, dolor, nada y la foto tan enorme e imposible como una vida.
ResponderEliminarBesos Hada.
Como tu dices muy bien el texto es raro raro, y como bien sabemos, la belleza está también en lo raro...en lo inquietante. Habría que preguntarle a Freud por este sueño..qué crees que diría?
ResponderEliminarbisous