Compró un plano de París, y con la punta del dedo hacía correrías por la capital, en el mapa. Subía por los bulevares, deteniéndose en todos los ángulos, en las líneas que simulan las calles y en los cuadritos que señalan los edificios. Cansada a la postre de mirar, cerraba los ojos veía, en las tinieblas, retorcerse a impulsos del viento las luces de gas desplegarse con estruendo ante las puerta de los teatros los estribos de los coches.
Se suscribió a La Canastilla, revista de señoras, y a La Sílfide de los Salones, devorando, sin que se le fuera nada, el relato de todos los estrenos, carreras y reuniones, e interesándose por el debut de una cantante o la apertura de una tienda. Conocía las modas, las direcciones de los buenos modistos, los días de bosque o de ópera. Estudió en las obras de Eugène Sué las descripciones de los mobiliarios y leyó a Balzac y a George Sand, buscando en ellos calmantes imaginarios para su avideces personales. Incluso comiendo hojeaba libros, mientras Carlos hablaba y comía. El recuerdo del vizconde reaparecíasele de continuo en sus lecturas, estableciendo entre él y los personajes novelescos lazos de unión. Pero el círculo en cuyo centro aparecía fue poco a poco ensanchándose en torno de él, y la aureola que le circundaba apartóse de su figura y se instaló más lejos para iluminar otro en sueños.
París más vago que el océano, brillaba ante su visita, entre encendidos fulgores. La populosa vida que en aquel tumulto se agitaba hallábase, no obstante, dividida y prefectamente clasificada.
(Madame Bovary, G. Flaubert)
Cómo siempre me ha encantado, es sublime, sabes que estoy trabajando sobre un poema que se titula mapamundi, jajaja lo del dedo sobre el mapa me ha dejado estupe-facto y me ha salido una carcajada pa morir... No, no es casualidad estamos conectados vía pixelllll
ResponderEliminarQue guay J!!
ResponderEliminarMe alegra mucho, además me encantan esas conexiones, siempre son divertidas, vienen a romper la "grisaille" cotidiana.
Oye, pero pasame el poemaaaa, por fa..