Ya he mencionado el chasco que ha supuesto encontrar casi todo cerrado en Milán. La conclusión es que hay que visitarla en otra época. Aunque sea una ciudad grande y dinámica por aquello de la moda, la impresión que nos hemos llevado es de ciudad menos moderna de lo que nos venden.
Y para subrayar esta impresión baste con decir que en el hotel, con su cuatro estrellas, no había internet, ni conexión wifi ni nada parecido. Lo que me hace pensar que no están tan a la cabeza de Europa.
Lo que sí hay que señalar son las tiendas, como la de la foto, una tienda antigua de sombreros, ubicada en la galería Vittorio Emanuele.
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