Abro el pensamiento, a veces frío y desolado. Pienso, de tu locura enferma, de los paseos por Saint Germain...Un café no será suficiente, busco un lugar caliente donde se abra el sentimiento. Un paseo no será suficiente para conocerte, pero si te conozco quizá me deslumbre tu luz desgarrada. Te leeré dos veces antes antes de soñar contigo. Mientras, pasearé en las noches de invierno, jadeante, como un mendigo...soñador de lo efímero...
Ay, si siempre nos leyeramos dos veces...
ResponderEliminarBeso.
Esto es pensar con todo el cuerpo, como le ocurría a Felisberto Hernández y a otros seres singulares que han existido en este mundo.
ResponderEliminarBesos
Me gusta cuando nos dedicas alguno de tus textos Miette, son delicados... deberías alimentarnos con ellos más a menudo. Nos falta tiempo para ir leyéndolo todo dos veces, pero que buenas son las relecturas...
ResponderEliminarabrazos frioleros! que tengas un buen fin de semana.
Me haces sentir comprendida. Un abrazo bella hada!
ResponderEliminarBlanco, qué bueno tenerte por aquí, no sabes la de veces que me acuerdo de ti!!!
ResponderEliminarBocanegra, no conozco a F. Hernández, pero me pongo ahora con él. Besos viajeros, ya que estás tan lejos!!
Gracias Aka, me hace profundamente feliz que te gusten. La verdad es que este año voy muy mal de tiempo y casi no saco rato para el blog. Pero tengo pensado cosas..ya llegarán..espero.
Besos otoñales, ahora sí.
Medusa, tu y yo estamos hermanadas por los sentimientos, y por este mundo que no comprendemos.
Besos medusina.
A veces, ni toda una vida alcanza a ser suficiente para conocer al otro, las personas mutamos, crecemos, degeneramos, somos carne maleable y sometida a pasiones, a vientos cambiantes y alisios que pasan a ocupar huecos vacios en la atmosfera; somos actores que interpretan papeles según el guión que nos conviene, y solo continuamos una obra mucho tiempo si el papel y el publico nos recompensa lo suficiente. Hay que leer dos veces, o tres, o las que hagan falta, pero siendo conscientes de que el tren no espera... el tren se marcha, y perdido este, quedamos allí solos, leyendo y releyendo en la estación, a la espera de otro tren que tal vez ya no llegue. Un beso Miette
ResponderEliminarGracias Lazaro, bonito comentario. y totalmente cierto, las personas crecen, a veces para bien, y otras se pierden por caminos estrechos y oscuros. Pero, al final, algo de nuestra esencia permanece, no crees?
ResponderEliminarEn todo caso amigo, me encanta que me leas. Y al igual que con lo otros amigos del blog, siento no tener más tiempo para leerte como mereces.
beso mil