El amor descrito por Proust resulta siempre tan dulce y delicado como una de las pequeñas madeleines de Commercy:
"Es ella", como si, de repente, alguien nos mostrara exteriorizada ante nosotros una de nuestras enfermedades y viéramos que no tiene ningún parecido con nuestro sufrimiento. "Ella" e intentaba preguntarse qué era eso de ella, pues el amor y la muerte tienen como punto común, más que esos puntos tan vagos de los que se suele hablar siempre, el de inducirnos a indagar más profundamente en el misterio de la personalidad, ante el temor de que su realidad se nos escape. Y aquella enfermedad que era el amor de Swann se había multiplicado tanto, estaba tan íntimamente enlazada a todas las costumbres de Swann, a todos sus actos, a su salud, a su sueño, a su vida, incluso a lo que deseaba para después de su muerte, que había acabado por formar un todo con él, hasta el punto que no era posible arrancársela sin destruirlo casi por completo: como se dice en cirugía, su amor ya no era operable.
(Un amor de Swann, Proust)
Tantos amores que no son operables...
ResponderEliminarOjalá la muerte lo fuera... aunque fuese sólo para volver a amar
Qué bonito lo que dices Ernest, eres un chico muy proustiano, sin duda.
ResponderEliminarbesos de magdalena..
una cancion para vosotros dos :
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=KFRygg5QYXA&NR=1
En algunos aspectos me siento reflejada,sobre todo en lo de: <<"Ella" e intentaba preguntarse qué era eso de ella, pues el amor y la muerte tienen como punto común más que esos puntos tan vagos de los que se suele hablar siempre, el de inducirnos a indagar más profundamente en el misterio de la personalidad, ante el temor de que su realidad se nos escape.>> Miette enhorabuena por este post me ha gustado realmente. Un beso bella hada! :)
ResponderEliminarGracias primor, todo por complacer a la medusa más luminosa del mundo..
ResponderEliminarRefu, gracias por el temita.
besos
sin duda hay amores que no pueden extirparse sin matar a su portador, prevalecen al propio amor y forman parte de uno. Preciosa entrada, algún día debería volver a releer a Proust.
ResponderEliminarBesos
Aka, mi pequeño esquimal...Cierto es, hay amores que no se pueden extirpar. Ya sabes, para caldear el invierno sueco un poco de Proust.
ResponderEliminarbesos