Harta de su matrimonio fracasado, decidió convertirse en una mujer de sociedad. Después de años de una vida rutinaria, y sin más alicientes que pensar en el menú diario, creyó que ya era hora de cambiar. Ella era culta y educada, pensó que tenía dos cosas a su favor para ser una mujer de mundo, y triunfar en las reuniones de la Alta Sociedad del momento. Lo primero era entrar en un círculo social no demasiado cerrado, y por supuesto, ávido de integrantes. Fue a parar al A.C.S. (Amas de Casa de Sociedad). Reunidas en el Salón York de la calle 94, las mujeres de la A.C.S. hablaban de recetas de muffins y compotas de tempora. De cómo preparar la merienda perfecta, a la hora perfecta, en la más perfecta compañía. Por supuesto, todas estaban entregadas a las peroratas de la integrante fundadora del club. Mientras disertaba de chocolates y crème fraîche, Alice enredaba su dedo en su bonito collar de perlas pensando en la urgencia de tomarse un whisky con agua.
(Crónicas de Sociedad by Miette. Continuará)
El personaje de ese relato bien podría ser... la chica de la foto de Chet. Amante del lado peligroso de la vida.
ResponderEliminara.c.s ? a veces los nombres mas amables e inofensivos esconden las peores intenciones.... ;)
ResponderEliminarMirar a Chet es como escuchar a Chet.
ResponderEliminarTus Crónicas prometen.
Quiero más, ponme otro wisky con agua, graciaaaas
ResponderEliminarGracias chicos!!
ResponderEliminarHabrás más crónicas, graciassss a ti Jotaaaaa!!
Blanco, tienes razón mirar a Chet es como escuchar a Chet, una maravilla!
Ernest, para estar con un hombre como Chet te tiene que ir el lado oscuro de la vida, pero también la luz...
Hay que desconfiar de los aparentemente mansos Refu...