Terminé el año viendo Quemados por el sol y lo he empezado con Ojos negros,
ambas películas del director ruso Nikita Mikhalkov, las dos maravillosas. Se nota que Nikita M. ama su país y no duda en dotar de poesía sus films, una Rusia poética con una estética igual de maravillosa y cuidada. Una delicia visual con unas historias valiosas y bonitas.
La primera bajo un tono amable y vital narra el lado oscuro del regimen Stalinista. Y la segunda, a partir de uno de los cuentos de Chejov una historia alegre y casi disparatada de Romano, un soñador italiano intepretado de forma magistral por Marcelo Mastroianni.
Ver estas pelis y volver a pensar en Chejov me ha hecho recordar cuanto me gusta la literatura rusa, recordar San Petersburgo, la ciudad más parisina de después de París, encantadora con sus canales, el Hermitage y Peterhof el Versalles del Báltico.
La habitación estaba cerrada y perfumada con la esencia que ella había comprado en el almacén japonés. Gurov miró hacia Ana Sergeyevna y pensó: ¡ Cuán distintas personas encuentra uno en este mundo! Del pasado, conservaba recuerdos de mujeres ligeras, de buen fondo algunas, que le amaban alegremente agradeciéndole la felicidad que él podía darles, por muy breve que fuese; de mujeres, como la suya, que amaban con frases superfluas, afectadas, histéricas, con una expresión que hacía sospechar que no era amor ni pasión, sino algo más significativo; y de dos o tres más hermosas, frías, en cuyos rostros sorprendió más de una vez destellos de rapacidad; el deseo obstinado de sacar de la vida aun más de lo que éste podía darles. Eran mujeres irreflexivas, dominantes, faltas de inteligencia y de edad ya madura; cuando Gurov empezaba a mostrarse frío con ellas, esta misma hermosura excitaba su odio, figurándosele que los encajes que adornaban su ropa era para él escalas.
Pero en el caso actual sólo había la timidez de la juventud inexperta, un sentimiento parecido al miedo; y todo esto daba a la escena un aspecto de consternación, como si alguien hubiera de repente llamado a la puerta.
(La dama del perrito, Anton Chejov)
cómo me gusta esta película, y ese final!!!!!
ResponderEliminarMaravillosa película..El cuento también es muy chulo.
ResponderEliminarel cuento no lo he leído, tengo pendiente una recopilación de Chejov en la que se incluye; la peli me dejó atontado cuando la estrenaron y esa mujer, la mirada de esa mujer... madonna!!
ResponderEliminarbonne année pour toi aussi!!!
ResponderEliminarChejov será como la mirada de esta actriz, no te dejará indiferente. Te he dicho que me encantan los rusos..?
ResponderEliminarVenga..a hacer los deberes..!!
Hello Kitty..qué bien que me visitas? qué tal al otro lado del mundo?
ResponderEliminarharé los deberes (la recopilación que tengo empieza con La señora, pero me recomendaron un volumen de "Cuentos imprescindibles" y hasta hoy)
ResponderEliminarEsa recopilación si no recuerdo mal está prologada por Richard Ford.Aunque existe otra recopilación de Pre-Textos y supongo que también dede estar muy bien, yo tengo varios libros de él pero son de Alianza
ResponderEliminarNo recuerdo haber visto la película, tiene buena pinta.
A mi también me gusta mucho la literatura rusa.
Y me encanta Chevoj por su estilo irónico y hablando de cuentista no quiero dejar de nombrar a Carver.
Petrogrado olía a ácido fénico.
ResponderEliminarEl humo de sus calles, guiaba al final de sus días.
El día luminoso, desnudo, reflejaba en su plaza
destellos de su majestuoso y acristalado castillo
una voz del tiempo, despertó el letargo
tomando el palacio de invierno.
Leningrado desalojó su retiro, anestesiada
Anastasia huyó de su fuego
muerta viva, claman voces en la Historia.
Sant Petesburgo luce su hora
su luz violeta
su ermita a orillas del Neva
Sant Petesburgo huele a lavanda provenzal.
La primara frase:
ResponderEliminar"Petrogrado olía a ácido fénico"
corresponde al comienzo del libro
"Los que vivimos" de Ayn Rand.
Si es que los rusos no tienen desperdicio!!
ResponderEliminarEs verdad Madison, cuando uno lee a Chejov no puede dejar de pensar en Carver..a mi también me encanta!!
Y así de relatos el otro autor que tambien me gusta es Roal Dahl..me encantan los cuentos y relatos cortos.
Ojos negros, una maravilla. Chejov, como dice Bolaño, y enganchando con lo que dice Madison: "Hay que leer a Carver y a Chejov, uno de los dos es el mejor cuentista del siglo XX".
ResponderEliminarconozco mejor a Carver que a Chejov, pero yo a esos tres añadiría uno fundamental: Guy de Maupassant;
ResponderEliminarpor cierto, ya que os gustan los cuentos, no dejéis pasar esto:
http://jlmartin63.blogspot.com/2008/10/todo-como-antes-kjell-askildsen.html
http://jlmartin63.blogspot.com/2009/10/el-temor-del-cielo-fleur-jaeggy.html
Me encanta Guy de Maupassant y T. Gautier...también tiene lo suyo!! Que bien al final todos somos fans de Chejov y Carver..
ResponderEliminar(y Capote!)
ResponderEliminarHombre Capote, hace tiempo hice una entrada o dos de Capote...me da la vida!!
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