¿Leemos?

Los libros para mí son los médicos del alma.

Y ahora un balsamo en forma de poema por prescripción médica:

Liberaria

Nieve que nunca ha prescrito

lumbre de la infancia,

pensamiento de un corazón sostenido

que avanza hacia la blancura última

que es la claridad sin deseo.

En los espacios intermedios, maletas,

maletas que la noche deshace;prontos,

prontos que, lentamente, ardieron;

lentos vivaces, y ese eje que gira,

de un pasado remoto,

de una víspera que, luego, atardece.

Merodeador, andariego, extremísimo,

traslaciones, fronteras, mudanzas,

leguas que, en tiempo real, me descuentan,

¡Cómo la geografía escapa!

¡Cómo, acuarela, mueve el color y la

costumbre!

(Parlapalabra, José A. Rey del Corral)