Sólo lo imposible me enamora. Residuo, seguramente, de la vieja inclinación platónica que mantiene a distancia lo más preciado dando a entender, de paso, la indignidad de quien anhela. Le declaro la guerra a lo imposible. (...)
Lo posible, no vale la pena intentarlo. Eso dije entre lágrimas, las que me enturbiaban la visión de lo imposible. Lo posible, si es posible, decía, ya está hecho. Basta que algo sea posible para que sea. Me cansa el proceso, me cansa el resultado. Lo posible le pertenece al pasado antes de haberse realizado. No vale la pena intentarlo. Dirijo mi energía hacia lo imposible, es la meta que tensa mi atención y mis fuerzas, lo que me descubre en vías, siempre, de ser más que yo.
(Filosofía en los días críticos, Chantal Maillard)
En lo imposible está el encanto de vivir. Estoy de acuerdo en esa visión de lo posible que citas, Miette.Para mí, se trata de ese "posible" que viene a ser y significar lo mismo que lo "normal reglamentado". Por tanto, es un posible de lo más aburrido e insípido, el cual "no vale la pena intentarlo".
ResponderEliminarAbrazos
Que genial. Me voy a comprar ese libro. Sin duda "Basta que algo sea posible para que sea." Me gustan también las imposibilidades :)
ResponderEliminarMe ha gustado. Creo que es bueno tener "imposibles" que lograr. Pero las cosas posibles, las que ya son, apuntalan nuestra autoestima y nos hacen saber que tenemos fuerza para conseguir cualquier cosa. Incluso esos imposibles de los que habla Chantal Maillard.
ResponderEliminarBss.
Maillard y sus sueños inalcanzables. Nos atrae lo imposible, jugar a que somos capaces de romper las leyes impuestas. Esto siempre resulta más atractivo que lo posible, lo que a simple vista parece fácilmente alcanzable. Buen fragmento.
ResponderEliminarBuen fin de semana Miette, besos desde un norte descolorido
Me alegra enormente que os haya gustado. Para mi lo imposible es prescindir de vosotros. Atada a mis posibles...y a la imposibilidad del tiempo.
ResponderEliminarBesos y bien finde a todos.