Aquellas últimas semanas, las del final del verano y el comienzo del otoño, aparecen borrosas en mi memoria, quizá debido a que nuestra comprensión mutua llegó a esos maravillosos extremos en los que llegas a comunicarte más a menudo por medio del silencio que con palabras: cierta afectuosa calma reemplaza las tensiones, el parloteo nervioso y la persecución mutua que suelen producir los momentos más espectaculares, más superficialmente aparentes de una amistad. Con frecuencia, cuando él no estaba en New York (acabé sintiendo hostilidad contra él, y raras veces mencionaba su nombre), nos pasabamos juntos veladas enteras durante las cuales apenas si decíamos entre los dos más de cien palabras; en una ocasión bajamos a Chinatown, tomamos una cena a base de chow-mein, compramos farolillos de papel y robamos una caja de incienso, y luego cruzamos el Puente de Brooklyn, y desde el puente veíamos a los buques que salían hacia alta mar deslizarse por entre acantilados de incendiados rascacielos. (...)
De modo que los días, esos últimos, revolotean en mi memoria neblinosa, otoñales, tan iguales los unos a los otros como hojas: hasta que llegó un día completamente distinto de todos lo que he vivido.
(Desayuno con diamantes, Truman Capote)
Me recurda aquello de Chejov, a los enamorados les gusta el silencio. Cuántas cosas expresan esos silencios. Hace cincuenta años del estreno de la película.
ResponderEliminarUn saludo.
Que buena combinación, el silencio entendedor que comunica y el otoño. El otoño es una estación muda y silenciosa. Precioso libro, y bella película... qué guapa ella!!
ResponderEliminar"maravillosos extremos en los que llegas a comunicarte más a menudo por medio del silencio que con palabras." Increíble y cierto. Besos amour.
ResponderEliminarPues sí amigos, maravilloso entendimiento. Por un lado el otoño, con sus colores infinitos y por otro, el silencio. Compratir el silencio es genial..igual que el otoño.
ResponderEliminarBueno, vosotros no os quedeis en silencio...quiero escucharos, siempre..
besos otoñales y sonoros, en este caso.