Sé que llegué un día a París, sé que estuve un tiempo viviendo de prestado, haciendo lo que otros hacen y viendo lo que otros ven. Sé que salías de un café de la rue Cherche-Midi y que nos hablamos. Esa tarde todo anduvo mal, porque mis costumbres argentinas me prohibían cruzar continuamente de una vereda a otra para mirar las cosas más insignificantes de las vitrinas apenas iluminadas de unas calles que ya no recuerdo. Entonces te seguía de mala gana, encontrándote petulante y malcriada, hasta te cansaste de no estar cansada y nos metimos en el café del Boul Mich y de golpe, entre dos medialunas, me contaste un gran pedazo de tu vida. (...).
Y mira que apenas nos conocíamos y ya la vida urdía lo necesario para desencontrarnos minuciosamente. Como no sabías disimular me di cuenta en seguida de que para verte como yo quería era necesario empezar por cerrar los ojos, y entonces primero cosas como estrellas amarillas (moviéndose en una jalea de terciopelo), luego saltos rojos del humor y de las horas, ingreso paulatino en un mundo-Maga que era la torpeza y la confusión pero también helechos con la firma de la araña Klee, el circo Miró, los espejos de ceniza de Vieria da Silva, un mundo donde te movías como un caballo de ajedrez que se moviera como una torre que se moviera como un alfil.
(Rayuela, Julio Cortázar)
Esto es dar con la tesela en los apartados de las nostalgias. Nunca Cortázar, hasta ahora, me ha defraudado al releer su Rayuela y otros textos suyos. Gracias, Miette, por empujar los ojos hacia ese reencuentro con la Maga.
ResponderEliminarAbrazos
Ay, que palabras más ciertas muchas veces "para verte como yo quería era necesario empezar por cerrar los ojos". Estos días los textos que seleccionas me huelen a otoño, en ellos las ciudades descritas se van apagando, alejando del sol veraniego para dibujarse de adoquines húmedos de otoño y hojas caducas, como las relaciones de sus propios personajes. Increíble Julio.
ResponderEliminarBesos coloridos
Un caballo que se movía como una torre que se movía como un alfil... ¿Querría decir Cortazar que la Maga no era una reina, o acao que era más que una reina (ya que la reina se puede movercomo cualquier otra pieza, menos el caballo)?
ResponderEliminarBocanegra, me alegra que estas lineas sirvan para un reencuentro tan bello...
ResponderEliminarAka, no se te escapa una. Visualizo esta imagen de una forma otoñal, sin duda. Agarrado del brazo de la maga con ropa de lana, camino del café lleno hojas. Refugiandose de los primeros fríos de la noche parisina. Sin duda, increible!
Ernest, siempre tan original...no hay quien te gane a retorcer ideas...
besos mil chicos
Gracias hada, este texto de encuentro con la maga de cortazar me hace revivir, lo bello irrumpe en nosotros como la primavera en el silencio.
ResponderEliminarNo puedo callar ante tu belleza.
Gracias Jota, pero aqui lo más bello eres tú..
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