Bienvenidos amigos al blog de las minorías selectas.
Domingo y qué cansancio!!
Anoche fue muy divertido, cundió lo suyo como era de esperar.
Cócteles self-service, buena música a cuenta de Santi Rex, compañía inmejorable, aunque faltó el otro Santi, y algún que otro amigo más por culpa de la distancia. En conjunto todo muy divertido, lástima mis neuronas al ralenti, me cuesta manejar el teclado, se me antoja casi como una maquinaria pesada.....
Ahora una siesta a ver si salgo de este estado de catatonia para aprovechar la tarde.
Ah, por cierto, ¿cómo es eso de que no pienso nunca en Luc? Le dediqué un texto de Los amantes de Venecia, de George Sand. Pero si eso le sabe a poco, pues ahí va, por mí que no quede, nada más y nada menos que una Historia de Cronopios, es de mis favoritas. Qué ternura estos cronopios, me dan la vida!!
Un Cronopio pequeñito buscaba la llave de la puerta de calle en la mesa de luz, la mesa de luz en el dormitorio, el dormitorio en la casa, la casa en la calle. Aquí se detenía el cronopio, pues para salir a la calle precisaba la llave de la puerta.
(Historia de Cronopios y Famas, Julio Cortázar)
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