Y fue Swann quien lo retuvo un instante, a cierta distancia, entre las dos manos, antes de que ella, como a pesar suyo, lo dejara caer sobre sus labios. Había querido dejar a su pensamiento un tiempo prudencial para que acudiera, para que reconociera el ensueño que tanto había acariciado, para que asistiera a su realización, como se llama a un pariente para hacerlo partícipe del éxito de un niño muy querido por él. Quizá Swann fijaba en el rostro de Odette, que él no había poseído todavía, ni siquiera besado, que veía por última vez, esa mirada con la que, el día de la despedida, queremos llevarnos un paisaje que nunca volveremos a ver.
(....)
Los seres nos suelen ser tan indiferentes que, cuando hemos depositado en uno de ellos grandes posibilidades de sufrimiento y de alegría, nos da la impresión de que pertenece a otro universo, se envuelve en poesía, convierte nuestra vida en una llanura emotiva, donde se mide la mayor o menor distancia que de él nos separa.
(Un amor de Swann, Marcel Proust)
¿Esa llanura emotiva acaso sea el paisaje que nunca volveremos a ver? O eso O..dette
ResponderEliminarSwann swings...
ResponderEliminarMI asignatura pendiente, leer todo Proust, año tras año me lo propongo y luego...
ResponderEliminarLa verdad es que Proust está muy bien pero hace falta echarle tiempo y ganas..encontrarás el momento apropiado Madison y te entusiasmará seguro, eres una gran lectora!!
ResponderEliminarque ganas de leer a este hombre .... el puente de sanjo te llevo la bio . mua
ResponderEliminarque libro puedo leerme de este hombre?
Pues ya lo pensaré...
ResponderEliminarEstará bien leer la bio..gracias!!