lunes, 22 de febrero de 2010

La belleza del momento!

Para aliviar este tiempo de frío y lluvia nada mejor que echar mano de las fotos del verano para coger fuerzas y pensar que ya queda menos. Ver la luz de Portofino y recordar el olor del mar me basta para sentirme como Renée Perle fotografíada por Lartigue en sus veraneos al lado del mar.
Os dejo con un pequeño texto de un autor de este bello país, espero que la foto y la lectura os hagan más ameno este invierno que se perfila largo.
-El mundo es demasiado bello-me dijo en un momento dado- y no sé cómo hacen los hombres para soportar sin peligro tanta felicidad. Quizá no se dan cuenta, quizá se defienden con la ceguera, quizá no son capaces de amar. Yo, en cambio...
No quiso decir nada más. Desde aquel día no volví a ver a Runo Elodial, pero jamás pude olvidarlo totalmente.
(....)
¿No me reconoce? Soy aquel Runo Elodial que estuvo con usted por espacio de una horas, en París, hace ya mucho tiempo.
Quedé mudo e inmóvil. A pesar de mi buena memoria visual no lograba conciliar la imagen del tenue espectro que tenía delante con la del fogoso adolescente que conociera en París.
(...)
Finalmente dije que le reconocía, pero no lo dije más que compasión que por convicción.
(...)
Habitaba en una casa pequeña, próxima al mar. Se dejó caer en una poltrona y bebió un líquido que quedaba en un vaso alto.
¿Está usted enfermo?
Mi enfermedad no se encuentra consignada en los tratados de medicina, pero tiene un nombre bastante conocido: se llama amor.
¿Le ha traicionado una mujer? ¿ O, tal vez, ha muerto?
Amé a muchas mujeres y fui correspondido por ellas pero no son esos amores los que me han llevado al umbral de la muerte. Quizá recuerde usted algo de lo que le dije en París, en aquel café. Lo que temía se ha realizado: soy víctima de la inaudita y universal belleza del mundo. Estoy consumido y muerto por mi sensibilidad jamás adormecida, por mi obstinado entusiasmo, por mi irrefrenable erotismo intelectual, por mi infinito amor hacia todos los seres, hacia todas las cosas.
(...)
Entiéndalo usted bien: todo, sin exceptuar ninguna cosa, todo cuanto veo me fuerza a amar y a admirar. una piedra jaspeada, una flor moribunda, una joven hermosa, una pobre prostituta ajada, un árbol sin hojas, las manchas y musgos de una vieja pared, un pensamiento insólito y temerario, un torso de mármol ennegrecido, un dibujo hecho por un niño...; todas las infinitas ostentaciones del universo me conmueven hasta lo más hondo, me inundan de felicidad, me obligan a deshacer en mil palpitaciones mi corazón de eterno enamorado.
("Muerto de amor" del El Libro Negro, Giovanni Papini)

6 comentarios:

  1. Palpitaciones que rompen la frialdad de los días, de todos los inviernos... bello texto, lugar de encuentro de la luz y el calor ajados de primaveras...

    Bello, gracias

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  2. no sé si es el momento, pero desde luego es una belleza...

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  3. Ay, es que no se puede ser tan sensible.

    Es una maravilla. En serio.

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  4. Gracias a sensibilidades como las vuestras existen textos así.
    La verdad es que El Libro Negro de Papini es una joyica!!

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  5. yo tambien soy victima de mi obstinado entusiasmo. Que bueno sería vivir para consumir ....!

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  6. Pero sin entusiasmo no hay nada, al menos que merezca la pena..No eres un alma simple que le vamos a hacer...es el precio que se paga cuando se es un alma sensible. Como el joven del relato...

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La Fée aux Miettes

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Zaragoza, España
Adoro a Colette, L.Durrell, Baudelaire, R.Queneau, Boris Vian, Joyce Mansour. Los escritores y diseñadores japoneses. El cine de J.L.Godard y de Wong Kar Wai. Le Quartier Le Marais à Paris. Anna Karina. Las fotos de Mª Angeles Cuartero. Angel Schelesser y más...