Siempre me sorprendió la forma en la que se conocieron Dora Maar y Picasso. Hace tiempo cuando aún me compraba la edición francesa de la revista Marie-Claire lei esta pequeña historia. La verdad es que estas dos fuerzas telúricas tenían que cruzarse en un momento dado, y proporcionar al gran público una de las historias de amor más intensas que se conocen. Se encontraron en el invierno de 1935. Dora se quitó los guantes negros y puso su mano desnuda sobre la mesa. Jugaba a lanzar un cuchillo entre los dedos separados de su mano. Falló varias veces hiriéndose. El acontecimiento, como no, sucedió en uno de los bares más conocidos de la capital francesa "Les Deux Magots".
Se cuenta que Picasso que observaba a la joven de pelo negro quedó cautivado por la insolencia de su mirada, ya que ésta se la sostuvo hasta el final. Debía ser difícil sostener la mirada al minotauro, tan seductor como destructor.
La joven estaba acompañada por Eluard le presentó a Picasso a continuación.
Dora Maar ya era alguien en el mundo de artístico parisino, respetada y admirada, su vida y su obra se vio ensombrecida por la presencia de Picasso.
Por cierto, no sé si será casual, pero Godard recrea en el film Pierrot le Fou una habitación muy parecida a la que se puede ver en la foto.
qué curioso, hace dos días hablaba con un amigo y compañero sobre Picasso y sus mujeres...
ResponderEliminarpor cierto, no conocía la foto y es sensacional.
Todas las habitaciones son casuales.
ResponderEliminarPrimera visita a tu interesante blog. Habrá que volver. Un saludo.
Curioso que se conocieran en un bar con ese nombre... sobre todo teniendo en cuenta que se dice de Picasso que era un avaro de tomo y lomo.
ResponderEliminarToda una premonición lo del juego del cuchillo... El instinto suicida de Dora la llevo directamente al laberinto del Minotauro.
No es de extrañar que acabase tratada por Jacques Lacan (que por lo demás no estaba mentalmente mejor que ella), y que se entregase a Dios, después de su larga aventura con el dios.
Interesantes mensajes chicos. La foto te la debo a tí JL, me pusiste un enlace fabuloso y ña he sacado de ahí, o sea que muchas gracias por el hallazgo.
ResponderEliminarBlanco, gracias por esa primera visita...espero que no sea la última.
Me imagino que Picasso iría de gratis a todos los lados, o haría un dibujito y tira, date por pagado...
No sabía que la pobre Dora acabó tan mal, sabía que había acabado mal pero tan tan mal...como para visitar a Lacan (la perra)....uufff
Lo que cuentas me parece interesante. El dormitorio lo encuentro horroroso. Un saludo
ResponderEliminarPues sí, la verdad es que no sé quién dormiria allí pero vaya pena, gracias por pasar a saludar.
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