La vida tenía un cuerpo,
la esperanza tendía sus velas
promisoria de miradas confiadas para el alba.
De la noche surgía una cascada se sueños.
(....)
Los rayos de tus brazos entreabrían la niebla.
El primer rocío humedecía tu boca
deslumbrando reposo remplazaba el cansancio.
Yo amaba el amor como en mis primeros días.
(La muerte, el amor, la vida...Paul Éluard)
(La muerte, el amor, la vida...Paul Éluard)
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