¡Cuánto tiempo hace que no escribo! He pasado, en unos días, varios siglos de renuncia insegura. Me he estancado, como un lago desierto, entre paisajes que no existen.
(Libro del Desasosiego, Pessoa)
¡Cuánto tiempo hace que no escribo! He pasado, en unos días, varios siglos de renuncia insegura. Me he estancado, como un lago desierto, entre paisajes que no existen.
Es mejor ir en taxi que andando, porque andar siempre me depara sorpresas dolorosas, un atisbo de alguien entre la multitud que se le parece, alguien con el mismo movimiento de los hombros, la misma inclinación de su sombrero, y por un instante creo que es él, pienso que ha vuelto, el corazón me da un vuelco y los edificios oscilan y se curvan por encima de mi cabeza.No, es mejor estar aquí, pero quisiera que el conductor se apresurase, que avanzáramos con tanta rapidez que los transeúntes fuesen un largo borrón gris y no pudiera distinguir el movimiento de sus hombros ni la inclinación de sus hombros (....)
La gente pasa con demasiada lentitud y nitidez, y el siguiente podría ser.....(...)
Esos necios no saben que no podría ver de nuevo a los amigos a quienes veíamos juntos, no podría volver a los lugares que los dos frecuentamos. Porque él se ha ido y todo ha terminado. Sí, todo ha terminado, y cuando eso sucede solo te consuelan aquellos lugares en los que has conocido la pesadumbre. Si vuelves a visitar los escenarios de tu felicidad, la angustia embargará tu corazón. Supongo que eso es sentimentalismo. Es sentimentalismo saber que no soportas ver los lugares donde en otro tiempo la vida te sonrió, que no toleras los recordatorios de una hermosura muerta.
El pesar es sosiego recordado en la emoción.
(Narrativa Completa, Dorothy Parker)
Pero una vez en casa sintió que la necesitaba;era como un hombre que al ver pasar a una mujer, entrevista un momento, siente que en su vida ha entrado la imagen de una nueva belleza que da a su propia sensibilidad un valor aún mayor, sin saber siquiera si podrá volver a ver a aquella a la que ya ama y de la que ignora hasta el nombre. (Un amor de Swann, Marcel Proust)
Este fragmento me ha hecho pensar en uno de los momentos brillantes de Óscar Wilde:
"La ausencia de un viejo amigo se puede tolerar con ecuanimidad. Pero la separación, aunque sea momentánea, de alguien que te acaban de presentar, resulta casi insoportable".
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