Estos somos Juan y yo anoche, sentados en un banco de la calle Cadiz...
parecíamos dos perritos abandonados."Une cuite" memorable..aunque mereció la pena,
vaya risas y bailes que nos echamos. Suerte para Ernest que se retiró a tiempo, ahí tuvo su batalla ganada. Yo en cambio necesito un cuerpo nuevo.
Animo Juan, todo mal es transitorio.
La vista fue un poco menos glamurosa y suerte para tí que estabas a un paso de tu puerta. Pero las mejores noches son así, imprevistas y mareantes. Y el precio se paga más tarde. Ya repetiremos, seguro... y Ernesto se quedará
ResponderEliminarQuerido Bandido no hace falta estar en Manhattan ni estar sentados de cara al río Hudson porque todo contigo es glamuroso...vivan los viernes locos!!
ResponderEliminarPor cierto, una pasada el perfume de Guerlain, una fantasía...muy buen gusto el tuyo!!
ResponderEliminar