Para paliar este calor de agosto he pensado en poner unas líneas de un libro que me encanta. En su momento, cuando salió a la venta y me hablaron de él ni por un momento me imaginé que me iba a gustar tanto. Ambientada en Copenhague y Groenlandia lo de menos es la intriga que propone al autor, sino la belleza con la que describe cada pensamiento de la protagonista y sobre todo de la percepción de la nieve y el hielo. Desde que leí a Smila quiero ser inuit.
Un calor húmedo y tan pesado como el plomo había transformado Copenhague en un centro de incubación de locura instantánea. Vuelvo a casa en autobús, con su ambiente especial de olla a presión, enfundada en un nuevo vestido de lino blanco con un profundo escote en la espalda y una orla de volantes valencianos que me ha llevado mucho tiempo planchar al vapor y darle un porte digno, pero que ahora se ha chafado bajo la depresión generalizada.
Hay gente que, en esta estación del año, se va al sur en busca del calor. Yo nunca he estado más abajo de Koege. Y no pienso ir más al sur hasta que el invierno nuclear haya enfriado toda Europa. Es uno de esos días en los que una podría preguntar por el sentido de la vida y recibir como contestación que no existe tal sentido. (...)
En un momento preciso, dejo de ver lo que leo. Sólo existe mi propia voz en el salón y la luz de la puesta de sol, que nos llega desde el puerto Sur. Y luego, ni tan siquiera está la voz, luego sólo existimos yo y el niño. En un momento preciso, me detengo. Y simplemente estamos allí, sentados, mirando al infinito, como si yo tuviera quince años y él dieciséis y hubiéramos llegado a un punto sin retorno. En un momento dado, se levanta silenciosamente y desaparece. Contemplo la puesta de sol que en esta estación dure tres horas. Como si, a pesar de todo, en el último momento, hubiera encontrado cualidades en el mundo de las que ahora no puede deshacerse sino a regañadientes.
(La señorita Smila y su especial percepción de la nieve, Peter Hoeg)
Qué fuerza tiene la descripción del momento.
ResponderEliminar"Es uno de esos días en los que una podría preguntar por el sentido de la vida y recibir como contestación que no existe tal sentido." Este párrafo es brutal, todos nos hemos sentido así.
Muy buen texto Miette, abrazos mi hada!! :D
Estos nórdicos son tremendos describiendo según que sensaciones, la desolación, el vacío, la incomunicación son sentimientos que desgranan magistralmente... el ambiente y el paisaje ayudan mucho.
ResponderEliminarYo también quiero ser lapón desde que viajé por primera vez a la Laponia, es mágica en cada una de sus estaciones.
un abrazo de lluvia (es lo que tienen estas altitudes, hasta el verano es fresquito)
me apunto el título del libro miette
ResponderEliminarUn beso
Medusina, sabía que te gustaría, nadie como tu para captar las descripciones intensas.Gracias amiga.
ResponderEliminarAka, se nota mucho que conoces el mundo escandinavo. A mi este autor me cautivo, me pareció genial y encima me dio a descubrir el mundo de la nieve. Laponia, que chulo!!Disfruta de ese verano refrescante.
Madison, totalmente recomendable, una belleza!
Besos a los tres