Esta vez, el deseo tropezaba con una superficie sensible y la fogosa respuesta de Germaine la convertía en la imagen misma de Jacques, al igual que la pantalla libera el film, el cual, si no se topara con este obstáculo, no desplegaría más que un haz luminoso. Jacques se veía en ese deseo y, por vez primera, el encuentro consigo mismo le turbaba. Se amaba en Germaine, perdía conciencia del personaje que proyectó a continuación sin procurar alcanzar su ideal.
El sueño posee su universo, su geografía, su geometría, su calendario propio. Puede suceder que nos transporte a una época anterior al diluvio. Entonces, volvemos a descubrir una misteriosa ciencia del mar. Nadamos, y creemos que volamos sin esfuerzo.
(La gran separación, Jean Cocteau)
"Jacques se pregunta a qué se llega" Últimamente andamos otra vez con Cocteau. Lo cual no está nada mal. Esta novela me gusta, aunque mi preferida sigue siendo Thomas el impostor. La combinación de la fotos y los textos es estupenda en todo tú blog.
ResponderEliminarUn saludo. Ya estamos más cerca del fin de semana.
Santiago jacques transmutado en narciso, no hay deseo... es sólo reflejo. El sueño no es tal es sólo ensoñación, sin esfuerzo creas el vacío del vacío.
ResponderEliminarEn la foto aparecen en un antes o en un después?; los veo sudorosos y panfilos. Lo mejor del fotograma es el espía, sí sí, fijate como abre las hojas de a poco, quiero y no quiero, el libro controla la situación, por si salta algo. Chispas parece que no.
Besos
Gracias Javier, intento que quede bonito y enjundioso el blog, es mi niño mimado. El tuyo está genial..las entradas muy orignales y con fundamento.
ResponderEliminarJota, lo tuyo es total...yo diría que no ha pasado nada...lo están reservando...
El libro, son duda, ese tiene alguna buena historia que contar...
besos primaverales...aunque aquí el cierzo no deja entrar a la primavera.