Os dejo con un poeta muy particular, quizá el menos conocido de los surrealistas pero que dejó en la literatura pequeños grandes momentos
En la noche de tinta, la mitad de la exposición universal de 1900, iluminada diamantinamente, retrocede por el Sena en un solo bloque, porque la cabeza loca de poeta en el cielo de la escuela muerde una estrella de diamantes.
Para vengarse del escritor que les dio la vida, los héroes que ha creado le esconden el portaplumas.
Sus brazos blancos llegaron a ser todo mi horizonte.
(El cubilete de dados, Max Jacob)
Precioso cual precio cual oso, cubilete de dados, me parece excelente lo leído, lo buscaré.
ResponderEliminarBEsos
Bello e intenso. Me persigue París y el amor jaja... un beso bella hada!!
ResponderEliminarMedusa que interesante suena eso de que te persigue Paris...y el amor...uummmm!!! cuenta cuenta..
ResponderEliminarJotita mio, este libro te encantaría...me alegra que te guste...
besos besos y mas besos
Miette