Recuerdas aquel día que hacía tanto frío...Sí, ese día que había nevado, y yo me empeñé en salir a pesar de la que estaba cayendo fuera. Quería salir a toda costa, deseaba pisar la nieve con el mismo entusiasmo de un astronauta que pisa la luna por primera vez. Salimos a cambio de pasear por tu antiguo barrio. Aquellos días estabas un poco nostálgico y pensaste que caminar por sus calles te vendría bien, que te haría sentir como antes.
No había nadie, el frío parecía haber barrido hasta las sombras. Llegamos a la avenida, todo estaba cerrado salvo el cine porno. Decidimos entrar. Era un local viejo, que olía a madera y ambientador barato que trataba de disimular otros olores. La película estaba empezada, nos sentamos rápidamente en las butacas de atrás. Se agradecía el calor de la sala, y nos quitamos los abrigos. Mientras en una de las escenas Lesli mostraba sus habilidades a Evelyn. Nos dio la risa, la enorme pantalla parecía venirse encima ante el cataclismo de éxtasis lésbico. Unas cuentas escenas después nos marchamos, no nos interesaba el final. Evelyn jadeaba con acento argentino en un remake X de Justine cuya filosofía iba de afuera hacia dentro. El frío volvía a esperarnos fuera, ahora un poco menos intenso.
De lo más gélido a lo más íntimo, de lo público a lo privado, y así va haciéndose de otro modo esa historia que tú has llamado "Recuerdos inventados", que es tanto como decir recuerdos encontrados.
ResponderEliminarY la imagen, la imagen, que acabará siendo inolvidable.
Abrazos, querida amiga.
Ay amigo, los recuerdos son pequeños tesoros que guardamos. Algunos inolvidables, cuya intimidad merece la pena ser desvelada.
ResponderEliminarSuper abrazo.
Imágenes sugerentes las que nos dejas Miette, tanto por el paseo en el silencio del frío como por el calor que proporciona el cine.
ResponderEliminarUn saludo