Ven a amar la belleza, sé Menipo seducido por la amante del demonio, la misma que engañó a Hermes. Serpiente de labios dulces, susurra palabras entre pétalos. Disfruta del placer invisible de mis ojos, rama torcida del averno. Dádivas de piel como un sueño inmortal..
Un hada de pies níveos te espera..
Querida amiga, nada más seductor que una mujer con piel de serpiente, de esas que nos hacen perder el sentido y nos invita al placer terrenal con la delicadeza de las hadas.
ResponderEliminarQue tendrá esa piel de serpiente que nos seduce tanto?
EliminarSin duda, Keats se quitaría el sombrero y correspondería con otro poema igualmente sensible y poderoso.
ResponderEliminarUn abrazo
Querido amigo, eres muy generoso. Keats es un poeta grande y yo sólo una aficionada.
ResponderEliminarGracias infinitas y ruborizadas!!
besos