Y desapareció prudente la tristeza. Agotada, maltrecha, comprendió lo inexpugnable de los días.
Interiores de ceniza, brilla complaciente la luz eléctrica. Mi casa es un instante de felicidad y butacas verde claro. Un cálido invierno pasea por el extremo del pasillo, y en mis mejillas el viento envuelto en su tricota refleja la aridez de tus rasgos.
Un paquete de tabaco...un nudo en la garganta.....aun soy demasiado pequeña.
debe ser una belleza ese interior de ceniza.. besos bella hada!!
ResponderEliminarGracias prenda. Ahora que tengo tiempo no pienso perderme ni una entrada más.
ResponderEliminarBesos estivales