El tiempo vive en el cabello, se enreda en los codos, insufla peinados sin raya. Rebusco entre las piedras que son mis entrañas, respiro ese aire cargado de plegarias y trapecios. Una voz de frente ocupa el lugar de la boca, y su aliento descansa sobre una lámparilla de gas.
Ya estoy en la ventana..y miro de lejos una ciudad sin lluvia.
el misterio de la urbe tanta quietud y tanto ajetreo condensado en tus letras... un beso bella hada francesa!!
ResponderEliminarSi verdad, la ciudad siempre conlleva movimiento. Besos para ti también!!
EliminarJusto este finde me he cortado muchísimo el pelo y el tiempo ya no tiene enredones donde esconderse.
ResponderEliminarUn beso.
Seguro que estás guapísima...!!
ResponderEliminarbesote
mucha ternura.
ResponderEliminarGracias Emiliano, la ternura siempre está bien, verdad?
ResponderEliminarun beso muy tierno