Los años
de ti a mí
De nuevo se ondula tu cabello cuando lloro. Con el azul de tus ojos cubres la mesa de nuestro amor: un lecho entre verano y otoño. Bebemos lo criado por alguien que no era yo, ni tú, ni un tercero: saboreamos algo vacío y último.
De nuevo se ondula tu cabello cuando lloro. Con el azul de tus ojos cubres la mesa de nuestro amor: un lecho entre verano y otoño. Bebemos lo criado por alguien que no era yo, ni tú, ni un tercero: saboreamos algo vacío y último.
Nos vemos en los espejos del mar
profundo y nos pasamos más de prisa las viandas: la noche es la noche,
comienza con la mañana, me tiende junto a ti.
(De "Amapola y memoria" 1952, Paul Celan)
Ya lo creo que la noche comienza con la mañana. Es por esto que así es posible entrar y ver en los espejos del mar profundo, ya sea con ese "azul de tus ojos" o con otro color que, para el caso, el ver y sentir y padecer hasta esa mesa colmada con la "prisa de las viandas", lo que importa es, efectivamente, eso: el amor, como algo vacío que se saborea.
ResponderEliminarAbrazos desde la mañana
Qué maravilla como te explicas, lo mucho que te llega la poesía. Eres un comentarista fantástico. Ya he dicho alguna vez que tu has creado un género nuevo, el comentario-poema.Gracias por participar en este blog.
EliminarQue llegue pronto el otoño, por favor. :) Beber el vino del amor tiene algo de vacío y último; tiene toda la razón. Bello texto. Un saludo.
ResponderEliminarTu deseo es el mismo que el mío: que llegue pronto el otoño. Gracias Lapsus, me gusta que te guste.
Eliminarbesote
Que bonitas palabras, noche, mar, amor y desamor ¡todo junto! Estoy con Lapsus que llegue el otoño.
ResponderEliminarUn beso bella hada!!!
Todos a una entonces: QUE LLEGUE PRONTO EL OTOÑO!!!!
ResponderEliminarGracias Medusa, palabras tan bellas como tu.
besote