Después de este duro invierno creo que hay un sentimiento común que nos lleva a desear más que nunca la primavera. Que ganas de sacar las rayas marineras, esas que preludian un radiente verano. Terrazas, copas, amigos, noches eternas de tertulia.....que largo está siendo el invierno.
Por eso esta mañana, el tímido sol que ya asomaba por la ventana me ha hecho desear el cambio de estación.
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