
Aunque para soportar el tedio que supòne volver a la rutina podemos seguir pelando a la Coixet.
Y ahora para daros una cal, eso sí, siempre bonita, os dejo con unos versos de Baudelaire, del poema Canto de Otoño, ya veréis que bellos versos:
Pronto no sumiremos en las frías tinieblas;
Adiós, claridad viva de veranos tan cortos!
Escucho ya caer con fúnebres chasquidos
la leña que retumba en las losas del patio.
(...)
Pero quiéreme, tierno corazón, sé una madre
aunque sea un ingrato, aunque sea un malvado;
Sé mi amante o mi hermana, la efímera dulzura
de un otoño glorioso o de un sol que agoniza.