Nada como una estampa de mar y sol para celebrar la entrada del verano. ¿Por qué no imaginar que estamos allí?
Escribo este libro en verano, con huidas al mar, con caídas jubilosas en la naturaleza. El verano es lírico porque tiene un tiempo más grande, es la "estación total" y la duración de sus días es como un amago de eternidad que nos glorifica un poco. El verano es el único trasunto posible del paraíso pérdido. El paraíso pérdido no está en el espacio sino en el tiempo, sometido al eterno retorno de las estaciones. Verano es la duración. Estío es la eternidad razonable.
(Mórtal y Rosa, F. Umbral)