Hay nubes en la arena y ella está en el vacío. Su cabellos despiertan, se agitan...se convierten en pez. Un andar de vitrinas destruye todas las palabras. Y sabemos, que de noche, todas las almas son mudas. Aves nocturnas de terciopelo.
Un libro abierto en las rodillas. Me envuelvo en humo, reconfortante humo de cigarros consumidos, quizá pueda atrapar el tiempo en su boquilla. El día a día tiene su olor.....y retiene su silencio prisionero...