Una de las cosas que merece celebración. Qué mejor espectáculo que ver como cambia el paisaje. Colores, olores y matices. Toda una fiesta para los nostálgicos del otoño.
Celebremos, entonces!
En llamas, en otoños incendiados,
arde a veces mi corazón,
puro y solo. El viento lo despierta,
toca su centro y lo suspende
en luz que sonríe para nadie:
¡cuánta belleza suelta!
Busco unas manos,
una presencia, un cuerpo,
lo que rompe los muros
y hace nacer las formas embriagadas,
un roce, un son, un giro, un ala apenas;
busco dentro mí,
huesos, violines intocados,
vértebras delicadas y sombrías,
labios que sueñan labios,
manos que sueñan pájaros...
Y algo que no se sabe y dice «nunca»
cae del cielo,
de ti, mi Dios y mi adversario.
(Octavio Paz)
arde a veces mi corazón,
puro y solo. El viento lo despierta,
toca su centro y lo suspende
en luz que sonríe para nadie:
¡cuánta belleza suelta!
Busco unas manos,
una presencia, un cuerpo,
lo que rompe los muros
y hace nacer las formas embriagadas,
un roce, un son, un giro, un ala apenas;
busco dentro mí,
huesos, violines intocados,
vértebras delicadas y sombrías,
labios que sueñan labios,
manos que sueñan pájaros...
Y algo que no se sabe y dice «nunca»
cae del cielo,
de ti, mi Dios y mi adversario.
(Octavio Paz)
Ha sido llegar la lluvia y los colores otoñales y volver a vivir entre letras :)
ResponderEliminarQué bien leerte. Un abrazo.
Ya lo creo que sí, que hay que celebrar toda la belleza que llega con el otoño, y celebrarla cantando y bailando hasta el colmo de la suave alegría.
ResponderEliminarUn abrazo celebratorio
Gracias chicos, con el otoño viene la inspiración!
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